Con viruta de paleta ibérica de bellota Castro y González (Guijuelo), escogida por su aroma intenso y persistente, obteniendo un jugoso equilibro entre el grado de salinidad y la cuidada curación.

Pensada con la idea de no saturarla de producto, que a su vez sea notoria su presencia y permita degustar su jamón de calidad.

A base de carne de pollo, cerdo y ternera selladas y guisadas por horas con un fondo de carne, vino tinto y hierbas aromáticas.

Es la favorita de los amantes de la croqueta tradicional, con más contundencia, pero sin perder la cremosidad que nos caracteriza.

Inspirada en las recetas de fondues y raclettes de queso, hemos combinado dos quesos muy particulares: Fogassa, un mahón de leche cruda de vaca menorquina curado en unas cuevas de Adrall, Alt Urgell; y Ger, última creación de Pere Pujol, propietario de Molí de Ger (Cerdanya), queso artesanal de leche cruda de vaca de la misma explotación. La fusión perfecta entre tradición e innovación.

Intenso sabor a gamba que conseguimos a través de una reducción del coral de sus cabezas junto con las carcasas.

La carne, cortada en dados finos a cuchillo, la incorporamos al final de la elaboración para cuidar la gran textura de este producto que se acaba de cocinar con el calor residual de la masa.

Basada en el sofrito que haríamos para un arroz negro a base de ajo, cebolla, pimiento, tinta y la melsa de la sepia, cocinado durante horas.

Sepia cortada especialmente a la medida que permita encontrarla en cada mordisco.

Inspirada en dos grandes recetas de la cultura catalana, además de sabrosísimas y vegetarianas.

Hemos fusionado las verduras escalivadas con la salsa romesco, ligándolas con una cremosa bechamel que hace que ambas recetas conecten realzando y respetando sus sabores.

Totalmente diferente, más gastronómica; no solo por el producto sino también por el toque ahumado que nos proporciona.

Intensificamos el sabor haciendo una reducción con el colágeno de las pieles ahumadas de anguila del Delta del Ebro.

Equilibrio perfecto de intensidad y delicadeza: por un lado, el sabor potente que da un queso azul como el Gorgonzola, y por otro la suavidad de la bechamel.

Juntas crean una croqueta que contiene la cremosidad perfecta en cada bocado.

Perfecta combinación entre la seta a dados, que también encontramos en cada bocado, y la trufa blanca, con la presencia justa para mantener el equilibrio y no saturar el paladar.

Nuestro plato de referencia cuando pensamos en el desarrollo de esta croqueta fue un rissoto trufado.

Simulando una de las combinaciones más carnívoras y suculentas: el bacon con queso, hemos hecho esta croqueta totalmente vegana con bacon plant-based, de textura suave y jugosa, y queso vegano, sin lactosa y suave sabor a queso.

Emulsionados con margarina, harina y leche de soja, es una gran alternativa para veganos y personas intolerantes a la lactosa.